
Bolivia se encuentra al borde de una crisis económica que podría llevarla a incumplir sus obligaciones de deuda debido a la mala gestión económica de los últimos cuatro años. La situación es crítica y varios factores apuntan a un posible default en el corto plazo.
Agotamiento de las reservas internacionales
en la actualidad solo hay en reservas $1.7 mil millones. De esta cantidad, solo $166 millones están en divisas, mientras que el resto está en oro. Esta escasez de reservas limita severamente la capacidad del país para hacer frente a sus obligaciones financieras internacionales.
Deuda pública insostenible
La deuda pública de Bolivia ha aumentado significativamente, alcanzando casi el 84% del PIB a finales de 2023. Este nivel de endeudamiento es considerado insostenible por muchos expertos y organismos internacionales. Además, el país enfrenta importantes vencimientos de deuda en el corto plazo:
- En 2026, Bolivia debe comenzar a pagar el principal de $1.85 mil millones en bonos denominados en dólares.
- Los spreads de los bonos soberanos de Bolivia han superado los 2000 puntos básicos, lo que indica un alto riesgo de default percibido por los mercados.
Deterioro económico generalizado
La economía boliviana muestra signos de deterioro en múltiples frentes:
- Caída en la producción de gas natural, un pilar fundamental de la economía.
- Déficit en cuenta corriente, estimado en 5% del PIB para 2023.
- Alto déficit fiscal, financiado cada vez más por préstamos del banco central.
- Tipo de cambio sobrevaluado y escasez de dólares en el mercado.
Perspectivas y riesgos
La situación económica de Bolivia es extremadamente frágil. Sin un cambio drástico en las políticas económicas, el país enfrenta un alto riesgo de default en el corto a mediano plazo. Las opciones para evitar esta situación son limitadas y políticamente costosas:
- Devaluación de la moneda, lo que podría desencadenar una crisis inflacionaria.
- Reducción de subsidios y aumento de precios de combustibles, lo que probablemente generaría protestas sociales.
- Búsqueda de financiamiento de emergencia de organismos internacionales o países aliados como China y Rusia.
Sin embargo, cualquier solución requerirá medidas de austeridad y reformas estructurales que el gobierno actual parece reacio a implementar, especialmente en un año electoral. La falta de acción decisiva aumenta cada día el riesgo de que Bolivia se vea forzada a declarar un default en su deuda soberana.